
Alfonso I se presentó en Ávila exigiendo la tutela del rey niño pero los abulenses solo le permitieron verle desde una torre de la muralla. Alfonso I pidió 40 caballeros como rehenes por si los abulenses intentaban atacarle. Los caballeros salieron por la puerta de la Malaventura.
Alfonso I aunque comprobó que el rey niño estaba bien quemó vivos en aceite a los 40 caballeros en “las Hervencias”.
Algunos caballeros le persiguieron para retarle por su traición pero el Rey de Aragon ordenó a sus hombres acabar con ellos en un lugar entre Fontiveros y Cantiveros donde hay una cruz llamada “la cruz del reto”.
Cuando murió Doña Urraca su hijo fue coronado Rey de Castilla. Alfonso VII “el Emperador” agradeció a la ciudad de Ávila su ayuda con un escudo que es el que hoy en día representa a la ciudad el cimorro de la catedral, con un niño Rey en lo alto con la inscripción "ÁVILA DEL REY"
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